Los Puertos son los espacios de la costa destinados al flujo
de mercancías, personas, información, entre otras cosas. Así mismo son
indispensables para llevar a cabo operaciones descarga, descarga, de reparación
y mantenimiento. Existen dos tipos de puertos: los naturales y artificiales. Los primeros son aquellos situados en las bahías
u otras zonas costeras cerradas, diferente a los artificiales que consiste en
la existencia de complejas instalaciones especializadas. Su diseño y estructura
va acorde a las necesidades de las poblaciones y han ido mejorando hasta llegar
a instalaciones de inmenso valor y complejidad.
En la actualidad se conocen cuatro tipos de instalaciones
relacionadas con los puertos: "obras
de abrigo y acceso", "obras de atraque, tráfico y
almacenamiento", "equipo para la manipulación de las cargas" e
"instalaciones para la reparación y mantenimiento de los barcos".
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Las
obras de abrigo y acceso son las que
proporcionan protección contra el efecto de los elementos naturales, como los
"diques de abrigo" o "rompeolas", que son principalmente de
dos clases: "escolleras", los cuales rompen la ola, y los "diques
verticales", que se encargan de reflejarlas.
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Las
obras de atraque, tráfico y almacenamiento son las infraestructuras que
facilitan la operación del puerto y entre ellas se encuentran: los muelles de
atraque o fondeaderos, los patios de estacionamiento y las instalaciones de
depósito y clasificación de las cargas transportadas.
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El
equipo para la manipulación de las cargas es la maquinaria que se utiliza para
facilitar el tráfico portuario, y está formado por poleas, cabrestantes, grúas
manuales y mecánicas, tolvas, entre otros artefactos.
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Las
instalaciones para la reparación y mantenimiento de los barcos son imprescindibles
para optimizar la navegación. Las primordiales son los diques secos, dique
flotante y varaderos.
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